ESCUELA BRUGUERA: NUESTROS TEBEOS DE AYER

ESCUELA BRUGUERA: NUESTROS TEBEOS DE AYER

18 abril 2022 - 30 junio 2022 Centro de Arte Alcobendas

En 1968, el escritor Terenxi Moix denominó "Escuela Bruguera" al conjunto de historietistas de nuestro país que se dedicaron al cómic de humor a partir de la Posguerra española. Con el nombre ya instaurado, este grupo de geniales humoristas de tebeos, nacidos artísticamente en el seno de la Editorial Bruguera, hacían historia. Algunos volaron luego a otras casas editoriales y, a su vez, historietistas de otras entidades fueron abrazando este estilo hasta hacerlo propio. La Escuela Bruguera se convirtió así en un colectivo con denominación de origen.

La Escuela Bruguera ostentó un estilo fácilmente reconocible, a medio camino entre el entretenimiento infantil y el costumbrismo satírico. La temática era variada, aunque predominaban las historietas de carácter costumbrista. Los personajes eran un reflejo caricaturesco de la sociedad española de la época, es decir, personajes urbanos: hombres que ya trabajan en oficinas aguantando estoicamente el despotismo de sus jefes, mujeres sin trabajo o profesión salvo el inevitable rol de amas de casa o criadas, niños inquietos y traviesos que acataban incondicionalmente la autoridad paterna.

Para muestra valen tres ejemplos: 1) El hambre de la posguerra representado magistralmente a través de Carpanta (1947 - José Escobar). 2) La estructura rígida de la familia tradicional en Zipi y Zape (1948 - también de José Escobar). 3) La vida gris y sin horizontes de la clase media española de los años cuarenta y principios de los cincuenta, reflejado en Don Pío (1947 - José Peñarroya).

Bajo el mismo lema, estilo e inquietudes, estos autores, ávidos por atravesar las paredes de la censura franquista sin ser vistos demasiado, crean y recrean más personajes y tramas. Si de varones adultos con trabajo rutinario y mal pagado, al que se une el abuso de sus jefes, se trata, una de las parejas más célebres del mundo de la historieta española aparece en primer término: Mortadelo y Filemón (Francisco Ibañez).
Mención aparte merecen los personajes excéntricos de Manuel Vazquez, que viven ajenos a la realidad, en un mundo propio, como es el caso de Ángel Siseñor, La abuelita Paz, Feliciano o Rompetechos de F. Ibáñez.
En el apartado de transgresión de la norma, empezamos por la malvada Doña Urraca (de Miguel Bernat Toledano, alias Jorge) o la mayoría de las creaciones de Manuel Vázquez, especialmente Las hermanas Gilda.
Dentro de la sátira, elemento inherente de la Escuela Bruguera, la burla de la familia tradicional llega al esperpento con La familia Pepe (de Juan García Iranzo), La familia Cebolleta y La familia Churumbel, ambas de Manuel Vázquez. También está La familia Trapisonda, de Francisco Ibáñez.

La estela del humor característico de las historietas de la Escuela Bruguera mantuvo (y mantiene) actualidad varias décadas después de publicadas, al punto de haber servido de inspiración para series de televisión de los años 90, como es el caso de Manos a la obra (que recrea en parte a Pepe Gotera y Otilio) o Aquí no hay quien viva y su posterior versión La que se avecina, cuya estructura remite indefectiblemente a la historieta de Ibáñez: 13, Rue del Percebe.

©Cortesía Penguin Random House