LA HISTORIA DEL TEBEO

LA HISTORIA DEL TEBEO

21 junio 2023 - 24 septiembre 2023 Centro de Arte Alcobendas

Los españoles que fueron niños durante la posguerra tuvieron pocos motivos para la alegría, pero sin duda aquellos cuadernos de papel de unas pocas páginas llenaban de ilusión sus horas de ocio. Cada semana, esperaban con avidez la llegada al kiosco de El Guerrillero Audaz, Hazañas Bélicas, El Capitán España o Luchadores del Espacio. Gracias a esta pequeña muestra, podemos disfrutar de los originales dibujados para la imprenta por maestros como Vañó, Gago o Ambrós, que a pesar de la escasez de medios técnicos de una época difícil convirtieron sus ilustraciones en auténticas obras de arte.
El TBO, cuyo primer número data de 1917, fue originariamente una revista cómica y recreativa que, gracias a su enorme popularidad, acabaría dando nombre a todo un género. Caracterizado por ser una mezcla de imágenes y texto, buscaba entretener tanto a pequeños como a mayores. Esta denominación se aplicó durante años a cualquier cuaderno impreso, fuera cual fuera su tipología y contenido, y no será hasta 1967 cuando la Real Academia Española admitirá su entrada en el diccionario, justo en el momento en el que, suprema paradoja, decaerá su empleo, ya que comienza a emplearse el término de origen anglosajón cómic. Algunos expertos han propuesto denominaciones más abstractas: literatura dibujada, relato icónico, historias gráficas… Pero, entre el gran público, ha triunfado la terminología más castiza y, si bien es cierto que hasta mediados los cincuenta del pasado siglo el tebeo está ligado a la infancia, esa tendencia va cambiando a medida que determinados cuadernillos (El Guerrero del Antifaz, algunas publicaciones de Bruguera) van adoptando, poco a poco, distintos tonos narrativos que se dirigen a un público adulto. Sin embargo, la época dorada del tebeo, que se extiende según los expertos desde el final de la guerra civil hasta comienzos de los sesenta, se caracterizó, en sus inicios, por un contenido predominantemente humorístico. Sus mejores ejemplos fueron el propio TBO, que continúo publicándose durante muchos años, y las revistas Pumby o Jaimito, que combinaban varias historietas cada una con su propio protagonista. Por otra parte, los nuevos cuadernos de aventuras, en formato horizontal y cuadernillo de grapa, tenían un protagonista indiscutible y único, como en el caso de Roberto Alcázar o el Capitán Trueno, y sus páginas fueron el marco perfecto para el desarrollo de toda una constelación de justicieros hispanos. Las editoriales se concentraban en Barcelona y Valencia. En Madrid, donde se hallaba el mayor número de lectores, apenas se publicaban un par de títulos. La forma de distribución fueron los seriales de aparición semanal, sin olvidar los ansiados Almanaques de fin de año, que veían la luz justo cuando comenzaban las vacaciones de Navidad.
El año 1975 marca una clara línea divisoria en la historia del tebeo. La tendencia a un realismo creciente, la mayor perfección del dibujo y la mejora técnica de las publicaciones se ven entonces reforzadas por un mayor realismo y por una clara vocación de crítica social. Los cómics desplazan definitivamente a los tebeos, y el género, que había vivido de espaldas a la cultura, despreciado por los intelectuales, coquetea con otras formas de arte alternativo. España se abre definitivamente a las influencias foráneas, especialmente francesas y belgas, y los artistas nacionales comienzan a dibujar para editoriales extranjeras. Muchos de ellos, gracias a la excepcional calidad de sus trabajos, comienzan a residir en ciudades tan emblemáticas para la evolución del cómic contemporáneo como Londres o París.
En esta pequeña muestra, se exponen algunos de los tebeos que marcaron a varias generaciones de niños españoles. El espacio disponible sólo nos ha permitido exponer algunos de los personajes y dibujantes más emblemáticos. Junto a los originales dibujados por el propio artista, que servían para elaborar las planchas que se enviaban a imprenta, se ha enmarcado el tebeo tal y como fue editado en su época. También se exponen algunos fotolitos de personajes tan emblemáticos como Diego Valor, El Jabato o El Capitán Trueno, con el ánimo de rendir homenaje a ese imprescindible intermediario entre el dibujante y el tebeo terminado y listo para hacer las delicias de miles de niños y niñas de toda España.

CUADROS/FIGURAS "HISTORIA DEL TEBEO"